Ficha técnica
Autor: Alessandro Barico
Título original: Seta
Traductor: Xavier González Rodríguez, Gumpert
Edición: 7ª ed.
Editorial: Anagrama
Año de edición: 2011
Número de páginas: 128
ISBN: 978-84-3396-077-1
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Opinión
Me animé a leer Seda porque me apetecía una lectura ligera y cortita, también por las buenas críticas que cosecha pero, personalmente, no me ha gustado nada.
Seda nos narra la historia de Hervé Joncour, un hombre casado con Helene y que se dedica al negocio de la seda: compra los huevos para los productores de Lavilledieu (zona en la que vive) y, después, vende la seda.
En un principio Hervé se abastecía en África pero, tras una epidemia que afectó a los huevos y a la producción de la seda, su mentor Baldabiou le convence para que viaje a Japón ya que allí es donde se produce la mejor seda del mundo y los huevos están libres de infección.
Hasta aquí, todo bien, pensaba que el autor me contaría el viaje de Hervé a través de la ruta de la seda y cómo se produce ese tejido maravilloso. Tengo que decir que de esto, nada de nada. Salvo repetir hasta la saciedad los lugares por los que pasa Hervé hasta llegar a su productor en Japón y lo que costaba llegar a finales del siglo XIX allí poco más sabemos.
En lo que sí se centra el autor es el amor que siente Hervé por una joven concubina con la que sólo cruza miradas y ni una sola palabra y con la que, viaje tras viaje, se queda más prendado. Si que es cierto que hay un pasaje, un tanto onírico, donde al lector le queda la duda de si esa relación se consuma o no hasta llegar a un final en el que Hervé no vuelve a viajar a Japón, el motivo os dejo que lo descubráis por vosotros mismos y donde Helene juega un papel decisivo.
Supongo que esperaba una historia con más acción, con descripciones de los lugares por los que trascurre la ruta de la seda, y no una historia de corte amoroso y un tanto ñoña; lo siento es lo que me parece, cómo es posible que Hervé se enamore de una persona con la que no ha cruzado ni un simple hola. Se enamora, desde mi punto de vista, de un ideal, no de la persona en sí misma.
Cierto es que en poco más de cien páginas no se puede contar mucho y hay que sintetizar pero que haya capítulos de unas pocas líneas, donde los márgenes son generosos y el tamaño de la letra tampoco es que sea pequeña (en mi edición)… me parece que podía haber dado más de sí. Tal vez el objetivo del autor fuera ese, el de escribir una historia onírica pero a mí no me ha gustado por varios motivos: primero, las historias de corte romántico no me dicen absolutamente nada; segundo, es todo muy bucólico y el autor repite ni sé las veces los lugares por los que pasa Hervé hasta llegar a Japón como el que hace la lista de la compra y, tercero, no se profundiza en los personajes que me han resultado un tanto planos e insípidos.
Como punto positivo diré que se lee en una tarde, dos a lo mucho, que el estilo del autor es cuidado y que la corta extensión de los capítulos hacen que la lectura sea dinámica pero no me compensa todo lo demás, así que, no sé si me animaré a leer algún otro título del autor.