Ficha técnica
Autor/a: Almudena Grandes
Edición: 4ª ed.
Lugar de edición: Barcelona
Editorial: Tusquets, colección Andanzas
Año de edición: 2004
Número de páginas: 199
Créditos imagen
Opinión
María José, una experta en arte contemporáneo que trabaja como tasadora en una casa de subastas, recibe una llamada de un antiguo compañero con el que no habla desde hace más de veinte años para comunicarle que Marcos, un amigo común, se ha suicidado. La trágica noticia despierta en María José recuerdos olvidados y la hace revivir aquellos años de juventud. Recuerda cómo empezó a pintar y, sobre todo, cómo se conocieron los tres cuando cursaban cuarto de Bellas Artes y la facilidad pasmosa con la que Jaime era capaz de dibujar el retrato de cualquier mujer, de los cuadros que pintaba Marcos y que eran mucho más buenos de lo que él mismo creía.
También recuerda aquella tarde en casa de Jaime, en la que los tres pasan de ser meros amigos a amantes, cuando María José y Marcos se desnudan torpemente y éste no logra tener una erección hasta que Jaime entra en la habitación, se desnuda y se mete en la cama con ellos. Desde ese momento la relación entre los tres se va haciendo más intensa, hasta el punto de convertirse en una unidad, y pasan todo el tiempo que pueden juntos: comparten sus mayores secretos, pintan, se divierten, hacen el amor y conviven juntos.
Se puede querer a dos personas a la vez pero ¿se puede amar a esas dos personas con la misma intensidad?
Estructurada en cuatro partes o capítulos: el arte, el sexo, el amor y la muerte, María José toma la palabra narrándonos esos recuerdos y nos hace viajar a los años ochenta; una década convulsa marcada por los cambios políticos, sociales y culturales así como por el descubrimiento de las propias libertades.
Llegados a este punto puede que alguien piense que se trata de una historia sórdida al tener como protagonista a un trío y le cueste entender cómo es posible que tres personas lleguen a mantener una relación tan intensa como la que mantienen los protagonistas. Sin embargo, Almudena Grandes crea una historia intimista, una historia donde los sentimientos evolucionan y el sexo es tan sólo un ingrediente más.
Castillos de cartón ha supuesto mi primer acercamiento a la obra de esta autora y, aunque la he disfrutado mucho no puedo decir que me haya parecido una novela redonda, quizá porque me he quedado con ganas de más. Reconozco que el argumento me ha parecido original y atípico a lo que suelo leer normalmente pero me ha dado la sensación de que la historia iba perdiendo fuelle hacia el final de la misma.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención, y que no sé si es característico en su obra, es la creación de unos personajes complejos y ricos en matices tanto en el plano físico como en el psicológico, así como unas descripciones meticulosas que dan la sensación al lector de ser un espectador en la historia que nos narra.
Es posible que no haya escogido su mejor obra para empezar pero no será la última ya que el estilo sencillo y sin artificios de Grandes me ha convencido.
«Nos enceramos en castillos de cartón, una fortaleza fragilísima y sólida al mismo tiempo como una roca, como había sido una vez la ecuación perfecta de nuestros cuerpos impares, que nos había dado más de lo que habíamos tenido nunca.»
28 enero 2025
20 enero 2025
La desaparición de Stephanie Mailer
Ficha técnica
Autor: Joël Dicker
Traductoras: María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego
Editorial: DeBolsillo
Año de edición: 2021
ISBN: 9788466355391
Páginas: 650
Créditos imagen
Opinión
No había leído nada de este autor del que casi todo el mundo habla maravillas y, entre los que había en la biblioteca, éste fue el que más me llamó la atención.
Dicker nos presenta una historia con dos hilos temporales, por un lado, tenemos una historia ambientada en 1994 donde se comete un cuádruple asesinato durante la celebración de un festival de teatro en Orphea y, por otro lado, la trama que se ambienta en el presente de 2014 donde se investiga la desaparición de la periodista Stephanie Mailer.
Ambas historias tienen en común a los protagonistas principales: Jesse Rosenberg y Derek Scott, dos policías de Nueva York que fueron los encargados de investigar y cerrar el caso de los asesinatos que se produjeron en Orphea y que serán los mismos protagonistas que investiguen la desaparición de Stephanie cuando ésta desaparece días después de ponerse en contacto con Jesse para decirle que se equivocaron de culpable hace veinte años y que ella tiene información clave para dar con el verdadero asesino.
Cierto es que el hilo argumental de la historia sí me ha llamado la atención y reconozco que me atraparon las primeras páginas pero a medida que iba avanzando en la lectura me resultó cada vez más pesado y repetitivo y, pese a que los protagonistas principales son Jesse y Derek, hay un montón de personajes secundarios de los que vamos a conocer su historia; algunos sí son necesarios para el desarrollo de la trama pero otros muchos no aportan absolutamente nada, salvo un montón de páginas de relleno, y si los quitas de la historia ésta no se ve alterada en ningún momento.
Pese a ser una historia que va de más a menos sí me ha gustado el estilo del autor y cómo se recrea en los detalles para que el lector visualice todo lo que nos está narrando de una forma sencilla pero cuidada así como en las descripciones de personajes en las que no se recrea tanto desde un punto de vista físico pero sí desde el punto de vista de su propia historia personal que, personalmente, me ha llegado a saturar.
La trama se estructura en tres partes bien diferenciadas, una pequeña introducción para ponernos en situación de lo que aconteció en la noche del cuádruple asesinato más un epílogo final. La introducción y la primera parte nos va a ir contando cómo sucedió el cuádruple asesinato y cómo desaparece Stephanie; en la segunda ambas tramas se van a ir desarrollando y vamos conociendo las historias de cada uno de los personajes, en la tercera parte tenemos el desenlace de los acontecimientos y tengo que decir que el final me ha resultado excesivamente idílico para casi todos los personajes y nada creíble, especialmente con el personaje de Steven que no hay por donde cogerlo.
Quizá no lo haya leído en el momento oportuno y las expectativas que tenía eran demasiado altas pero La desaparición de Stephanie Mailer ha pasado de engancharme en las primeras páginas a dejar la lectura abandonada durante días por lo aburrida y repetitiva que me ha resultado.
Hay personajes con los que no he logrado empatizar en ningún momento, como con Kirk Harvey y su ego exacerbado que me ponía de los nervios o con la chantajista y manipuladora Alice.
En resumen, una historia que va de más a menos, a la que le sobran personajes y muchas páginas de relleno, con un final que –pese a no verlo venir por lo rocambolesco que es- no me ha gustado nada.
Tal vez no haya sido la mejor elección para adentrarme en la obra de Dicker pero, por una larga temporada, se me han quitado las ganas de leer algo más de este autor. Eso sí, si a ti es un libro que te llama la atención y te apetece leerlo, hazlo, lo que a unos no gusta a otros apasiona.
Autor: Joël Dicker
Traductoras: María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego
Editorial: DeBolsillo
Año de edición: 2021
ISBN: 9788466355391
Páginas: 650
Créditos imagen
Opinión
No había leído nada de este autor del que casi todo el mundo habla maravillas y, entre los que había en la biblioteca, éste fue el que más me llamó la atención.
Dicker nos presenta una historia con dos hilos temporales, por un lado, tenemos una historia ambientada en 1994 donde se comete un cuádruple asesinato durante la celebración de un festival de teatro en Orphea y, por otro lado, la trama que se ambienta en el presente de 2014 donde se investiga la desaparición de la periodista Stephanie Mailer.
Ambas historias tienen en común a los protagonistas principales: Jesse Rosenberg y Derek Scott, dos policías de Nueva York que fueron los encargados de investigar y cerrar el caso de los asesinatos que se produjeron en Orphea y que serán los mismos protagonistas que investiguen la desaparición de Stephanie cuando ésta desaparece días después de ponerse en contacto con Jesse para decirle que se equivocaron de culpable hace veinte años y que ella tiene información clave para dar con el verdadero asesino.
Cierto es que el hilo argumental de la historia sí me ha llamado la atención y reconozco que me atraparon las primeras páginas pero a medida que iba avanzando en la lectura me resultó cada vez más pesado y repetitivo y, pese a que los protagonistas principales son Jesse y Derek, hay un montón de personajes secundarios de los que vamos a conocer su historia; algunos sí son necesarios para el desarrollo de la trama pero otros muchos no aportan absolutamente nada, salvo un montón de páginas de relleno, y si los quitas de la historia ésta no se ve alterada en ningún momento.
Pese a ser una historia que va de más a menos sí me ha gustado el estilo del autor y cómo se recrea en los detalles para que el lector visualice todo lo que nos está narrando de una forma sencilla pero cuidada así como en las descripciones de personajes en las que no se recrea tanto desde un punto de vista físico pero sí desde el punto de vista de su propia historia personal que, personalmente, me ha llegado a saturar.
La trama se estructura en tres partes bien diferenciadas, una pequeña introducción para ponernos en situación de lo que aconteció en la noche del cuádruple asesinato más un epílogo final. La introducción y la primera parte nos va a ir contando cómo sucedió el cuádruple asesinato y cómo desaparece Stephanie; en la segunda ambas tramas se van a ir desarrollando y vamos conociendo las historias de cada uno de los personajes, en la tercera parte tenemos el desenlace de los acontecimientos y tengo que decir que el final me ha resultado excesivamente idílico para casi todos los personajes y nada creíble, especialmente con el personaje de Steven que no hay por donde cogerlo.
Quizá no lo haya leído en el momento oportuno y las expectativas que tenía eran demasiado altas pero La desaparición de Stephanie Mailer ha pasado de engancharme en las primeras páginas a dejar la lectura abandonada durante días por lo aburrida y repetitiva que me ha resultado.
Hay personajes con los que no he logrado empatizar en ningún momento, como con Kirk Harvey y su ego exacerbado que me ponía de los nervios o con la chantajista y manipuladora Alice.
En resumen, una historia que va de más a menos, a la que le sobran personajes y muchas páginas de relleno, con un final que –pese a no verlo venir por lo rocambolesco que es- no me ha gustado nada.
Tal vez no haya sido la mejor elección para adentrarme en la obra de Dicker pero, por una larga temporada, se me han quitado las ganas de leer algo más de este autor. Eso sí, si a ti es un libro que te llama la atención y te apetece leerlo, hazlo, lo que a unos no gusta a otros apasiona.
14 enero 2025
El fantasma de Canterville
Ficha técnica
Autor: Óscar Wilde
Autor: Óscar Wilde
Título original: The Canterville ghost
Traductor: Mario Lacruz Muntadas
Traductor: Mario Lacruz Muntadas
Editorial: Funambulista
Año de edición: 2020
Páginas: 96
ISBN: 9788494911583
Créditos imagen
Opinión
Sé que tengo delito al decir que nunca había leído nada del autor irlandés Óscar Wilde y, como nunca es tarde, me he decantado por su cuento más famoso: El fantasma de Canterville que fue escrito en 1887 y pese a que su principal protagonista es el fantasma de Sir Simon de Canterville no es para nada un cuento de terror ni produce miedo.
La historia comienza cuando el norteamericano Sr. Hibram Otis compra la mansión de Canterville Chase y lord Canterville le advierte que está embrujada pero Otis no le da ninguna importancia a la historia de fantasmas que le narra el lord y dice que se queda con la casa, fantasma incluido.
Cuando la familia llega a su nuevo hogar la Sra. Otis se da cuenta que en el suelo de la biblioteca hay una mancha y le pide al ama de llaves que la limpie pero ésta le responde que es imposible quitarla. No obstante, Washington, uno de los hijos de los Otis utiliza un limpiador y consigue eliminar la mancha.
Al día siguiente, cuando bajan a desayunar, ven que la mancha vuelve a estar en el mismo lugar y por mucho que se limpie vuelve a reaparecer una y otra vez. Es entonces cuando los Otis empiezan a pensar que, tal vez, se han tomado a la ligera el asunto del fantasma.
Esa misma noche, como buen fantasma que se precie, Sir Simon pulula por la mansión arrastrando sus cadenas y al Sr. Otis sólo se le ocurre darle un bote de aceite para que las engrase y no les moleste por las noches. Si no fuera poco la humillación que sufre Sir Simon los gemelos de los Otis le dan con la almohada al pasar por su habitación y el fantasma se propone asustarlos sí o sí. ¿Lo conseguirá?
A partir de aquí se van sucediendo una serie de acontecimientos que nos permiten conocer más a los protagonistas, especialmente a Simon, que despierta más ternura que temor en el lector por las jugarretas que le hacen los gemelos.
El fantasma de Canterville es un cuento que se lee en unas horas y que saca una sonrisa por el tono cómico con el que el autor nos narra los hechos pero también subyace una crítica a la irreverencia, al consumismo y la invasión de los norteamericanos y, como buen cuento que se precie, al final nos topamos con una moraleja que os invito a descubrir por vosotros mismos.
Escrito con un estilo muy cuidado y recreándose en los detalles, Wilde es capaz de trasformar algo que supuestamente da miedo en algo bonito pese a no ser un cuento feliz, más bien todo lo contrario, es una historia triste y un tanto dramática que hace que empatices con el “malo”.
Respecto al final, decir que Virginia –la hija de los Otis- tendrá un papel determinante en la resolución de los hechos y, junto a Sir Simon, es el personaje que más me ha gustado. Pese a saberme a poco, creo que El fantasma de Canterville tiene un buen y merecido final.
Sin duda, esta obra es una lectura estupenda para adentrarse en la producción de Wilde y, por mi parte, creo que me animaré a leer algo más del autor.
Año de edición: 2020
Páginas: 96
ISBN: 9788494911583
Créditos imagen
Opinión
Sé que tengo delito al decir que nunca había leído nada del autor irlandés Óscar Wilde y, como nunca es tarde, me he decantado por su cuento más famoso: El fantasma de Canterville que fue escrito en 1887 y pese a que su principal protagonista es el fantasma de Sir Simon de Canterville no es para nada un cuento de terror ni produce miedo.
La historia comienza cuando el norteamericano Sr. Hibram Otis compra la mansión de Canterville Chase y lord Canterville le advierte que está embrujada pero Otis no le da ninguna importancia a la historia de fantasmas que le narra el lord y dice que se queda con la casa, fantasma incluido.
Cuando la familia llega a su nuevo hogar la Sra. Otis se da cuenta que en el suelo de la biblioteca hay una mancha y le pide al ama de llaves que la limpie pero ésta le responde que es imposible quitarla. No obstante, Washington, uno de los hijos de los Otis utiliza un limpiador y consigue eliminar la mancha.
Al día siguiente, cuando bajan a desayunar, ven que la mancha vuelve a estar en el mismo lugar y por mucho que se limpie vuelve a reaparecer una y otra vez. Es entonces cuando los Otis empiezan a pensar que, tal vez, se han tomado a la ligera el asunto del fantasma.
Esa misma noche, como buen fantasma que se precie, Sir Simon pulula por la mansión arrastrando sus cadenas y al Sr. Otis sólo se le ocurre darle un bote de aceite para que las engrase y no les moleste por las noches. Si no fuera poco la humillación que sufre Sir Simon los gemelos de los Otis le dan con la almohada al pasar por su habitación y el fantasma se propone asustarlos sí o sí. ¿Lo conseguirá?
A partir de aquí se van sucediendo una serie de acontecimientos que nos permiten conocer más a los protagonistas, especialmente a Simon, que despierta más ternura que temor en el lector por las jugarretas que le hacen los gemelos.
El fantasma de Canterville es un cuento que se lee en unas horas y que saca una sonrisa por el tono cómico con el que el autor nos narra los hechos pero también subyace una crítica a la irreverencia, al consumismo y la invasión de los norteamericanos y, como buen cuento que se precie, al final nos topamos con una moraleja que os invito a descubrir por vosotros mismos.
Escrito con un estilo muy cuidado y recreándose en los detalles, Wilde es capaz de trasformar algo que supuestamente da miedo en algo bonito pese a no ser un cuento feliz, más bien todo lo contrario, es una historia triste y un tanto dramática que hace que empatices con el “malo”.
Respecto al final, decir que Virginia –la hija de los Otis- tendrá un papel determinante en la resolución de los hechos y, junto a Sir Simon, es el personaje que más me ha gustado. Pese a saberme a poco, creo que El fantasma de Canterville tiene un buen y merecido final.
Sin duda, esta obra es una lectura estupenda para adentrarse en la producción de Wilde y, por mi parte, creo que me animaré a leer algo más del autor.
07 enero 2025
El jardín olvidado
Ficha técnica
Autora: Kate Morton
Título original: The forgotten garden
Traductor: Carlos Schroeder
Edición: 16ª ed.
Lugar de edición: Madrid
Editorial: Suma
Año de edición: 2011
Número de páginas: 537
ISBN: 978-84-8365-156-8
Créditos imagen
Opinión
Primera novela que leo de Morton y a la que tenía ganas desde hacía tiempo pero, como pasa siempre, otros títulos se fueron colando y relegaron esta novela al ostracismo hasta que por fin le llegó el turno.
El jardín olvidado comienza con un pasaje intrigante que capta la atención del lector, al menos así fue en mi caso; nos encontramos a principios del siglo veinte en el puerto de Londres, una mujer conocida como la Autora sube a un barco con una niña pequeña a la que esconde tras unos barriles y a la cual promete regresa pronto. Sin embargo, el tiempo pasa y el barco zarpa rumbo a Australia sin que la mujer regrese, dejando sola y abandona a la pequeña.
Por otra parte tenemos a Nell, que descubre el día de su veintiún cumpleaños que es adoptada. Este hecho hará que cambie su vida y se embarque en la búsqueda de sus verdaderos padres. Tras su muerte, su nieta Casandra recibe en herencia una cabaña y un jardín en tierras de Cornualles, el cual será el punto común de las tres mujeres y el hilo del que tirar para resolver el misterio que las conecta entre sí.
Pese a que el comienzo me enganchó he de reconocer que el principio me resultó un poco lioso debido a los saltos temporales entre el pasado y presente pero, tras ubicar a cada personaje en su lugar, El jardín olvidado se volvió una lectura adictiva tratando de descubrir los misterios que encierran sus páginas.
La trama se desarrolla en base a tres hilos argumentales que corresponden a cada una de los personajes -la Autora, Nell y Casandra- y que se irán entretejiendo a lo largo de casi un siglo para ser testigos de cómo era el Londres victoriano, desde los barrios más pobres e insalubres a las fastuosas mansiones con criados. También de la salvaje y lluviosa costa de Cornualles o del caluroso invierno en la ciudad de Brisbane hasta llegar a un final en que cada pieza del puzzle encaja en su lugar.
Narrado en tercera persona, el estilo de Morton es cuidado y muy rico en descripciones; tanto que trasportan al lector a cada uno de los rincones en los que se desarrolla la acción pero que, a su vez, ralentiza un poco la lectura. Sin embargo, las descripciones de los personajes son un poco pobres y les falta profundidad, salvo en el caso de la Autora que es, quizá, el más perfilado y el que emana más fuerza que los demás pero que a su vez adolece del típico personaje dickesiano.
Una cosa que me ha llamado la atención gratamente es los cuentos de hadas que escribe la Autora y que se intercalan a lo largo de las páginas dándole, desde mi punto de vista, frescura y originalidad.
Con ingredientes tan sugerentes como un jardín que encierra un secreto por largo tiempo guardo, celos, obsesiones, misterios y personas que buscan sus orígenes y lugar en el mundo, Morton ha creado una historia a tres voces y en tres tiempos diferentes para terminar en un final en el que, sí, las piezas encajan y todo tiene sentido pero que a mí me ha resultado un tanto frío, precipitado y predecible. Con esto no quiero decir que no me haya gustado, al contrario, es una novela que he disfrutado muchísimo y que me ha tenido enganchada pero el final, simplemente, no lo veo acorde a la evolución de la novela.
“Debemos recordar, querida –susurró-, que un secreto nunca está a salvo cuando otros lo conocen”.
Autora: Kate Morton
Título original: The forgotten garden
Traductor: Carlos Schroeder
Edición: 16ª ed.
Lugar de edición: Madrid
Editorial: Suma
Año de edición: 2011
Número de páginas: 537
ISBN: 978-84-8365-156-8
Créditos imagen
Opinión
Primera novela que leo de Morton y a la que tenía ganas desde hacía tiempo pero, como pasa siempre, otros títulos se fueron colando y relegaron esta novela al ostracismo hasta que por fin le llegó el turno.
El jardín olvidado comienza con un pasaje intrigante que capta la atención del lector, al menos así fue en mi caso; nos encontramos a principios del siglo veinte en el puerto de Londres, una mujer conocida como la Autora sube a un barco con una niña pequeña a la que esconde tras unos barriles y a la cual promete regresa pronto. Sin embargo, el tiempo pasa y el barco zarpa rumbo a Australia sin que la mujer regrese, dejando sola y abandona a la pequeña.
Por otra parte tenemos a Nell, que descubre el día de su veintiún cumpleaños que es adoptada. Este hecho hará que cambie su vida y se embarque en la búsqueda de sus verdaderos padres. Tras su muerte, su nieta Casandra recibe en herencia una cabaña y un jardín en tierras de Cornualles, el cual será el punto común de las tres mujeres y el hilo del que tirar para resolver el misterio que las conecta entre sí.
Pese a que el comienzo me enganchó he de reconocer que el principio me resultó un poco lioso debido a los saltos temporales entre el pasado y presente pero, tras ubicar a cada personaje en su lugar, El jardín olvidado se volvió una lectura adictiva tratando de descubrir los misterios que encierran sus páginas.
La trama se desarrolla en base a tres hilos argumentales que corresponden a cada una de los personajes -la Autora, Nell y Casandra- y que se irán entretejiendo a lo largo de casi un siglo para ser testigos de cómo era el Londres victoriano, desde los barrios más pobres e insalubres a las fastuosas mansiones con criados. También de la salvaje y lluviosa costa de Cornualles o del caluroso invierno en la ciudad de Brisbane hasta llegar a un final en que cada pieza del puzzle encaja en su lugar.
Narrado en tercera persona, el estilo de Morton es cuidado y muy rico en descripciones; tanto que trasportan al lector a cada uno de los rincones en los que se desarrolla la acción pero que, a su vez, ralentiza un poco la lectura. Sin embargo, las descripciones de los personajes son un poco pobres y les falta profundidad, salvo en el caso de la Autora que es, quizá, el más perfilado y el que emana más fuerza que los demás pero que a su vez adolece del típico personaje dickesiano.
Una cosa que me ha llamado la atención gratamente es los cuentos de hadas que escribe la Autora y que se intercalan a lo largo de las páginas dándole, desde mi punto de vista, frescura y originalidad.
Con ingredientes tan sugerentes como un jardín que encierra un secreto por largo tiempo guardo, celos, obsesiones, misterios y personas que buscan sus orígenes y lugar en el mundo, Morton ha creado una historia a tres voces y en tres tiempos diferentes para terminar en un final en el que, sí, las piezas encajan y todo tiene sentido pero que a mí me ha resultado un tanto frío, precipitado y predecible. Con esto no quiero decir que no me haya gustado, al contrario, es una novela que he disfrutado muchísimo y que me ha tenido enganchada pero el final, simplemente, no lo veo acorde a la evolución de la novela.
“Debemos recordar, querida –susurró-, que un secreto nunca está a salvo cuando otros lo conocen”.
02 enero 2025
Balance lector 2024
Por delante tenemos otros trescientos sesenta y cinco días que nos depararán un sinfín de cosas, algunas buenas y otras no tanto, pero lo que importa es aprovechar cada momento y quedarse con aquello que nos hace ser felices. Una de las cosas que me dan felicidad es leer y son muchos los buenos momentos que me ha deparado la lectura, así que, echando la vista atrás, esto es lo que ha dado de sí 2024.
Empecé el año leyendo Los asesinos del emperador de Santiago Posteguillo –todo un descubrimiento- y lo he terminado con El jardín olvidado de Kate Morton (próximamente publicaré la reseña). Entre ellos se han colado títulos de géneros variados pero sigo teniendo predilección por las novelas negras, policíacas y los thrillers.
Entre los libros que más me han sorprendido se encuentran: La vieja sirena de José Luis Sampedro, una novela diferente que rebosa sensualidad y pasión, donde la fantasía y la realidad van de la mano. Expiación de Ian McEwan, una novela que me ha sorprendido para bien y eso que, cuando la empecé, pensé que no me iba a gustar nada.
Entre las lecturas más divertidas de este año se encuentra Vicios ancestrales de Tom Sharpe un libro muy divertido y con mucha ironía que me ha sacado más de una carcajada donde el autor no deja títere con cabeza.
También ha habido lecturas que no han cumplido mis expectativas, ya sea porque el listón lo tenían muy alto o porque no ha sido lo que yo esperaba. Le tenía muchas ganas a Rebeca de Daphne Du Maurier, un libro con muy buenas críticas pero que a mí no me ha gustado nada. Desde el principio no conecté con la protagonista y el final no había por donde cogerlo. La vida en un minuto de Antonio Lucero, una historia que prometía bastante pero que me dejó fría ya que los personajes me resultaron muy planos y la repetición de algunos argumentos terminó por saturarme.
Por otro lado, han sido muchos los que me han hecho disfrutar y transportarme a otros lugares o épocas pero me quedo con Sinuhé, el egipcio de Mika Waltari que me transportó al Egito de los faraones.
Pero las joyas literarias del año son para dos autores que me encantan: Stefan Zweig y José Luis Sampedro. Con Carta de una desconocida descubrí a Zweig y me sorprendió su conocimiento del alma humana y la forma en que lo expresa en pocas páginas. La sonrisa etrusca de Sampedro, mi libro favorito y que no me canso de leer. El protagonista, pese a ser hombre, me recuerda a mi abuela y a los momentos que viví con ella.
No son todos los que están, obviamente ha habido más títulos, pero los más destacados para bien o para mal son estos de los que os hablo.
Espero que 2024 os haya deparado más satisfacciones que decepciones en cuanto a libros se refiere y que 2025 nos siga brindando descubrimientos de autores, libros, blogs y, sobre todo, momentos felices haciendo algo que nos gusta: leer.
Feliz año nuevo a todos.
Empecé el año leyendo Los asesinos del emperador de Santiago Posteguillo –todo un descubrimiento- y lo he terminado con El jardín olvidado de Kate Morton (próximamente publicaré la reseña). Entre ellos se han colado títulos de géneros variados pero sigo teniendo predilección por las novelas negras, policíacas y los thrillers.
Entre los libros que más me han sorprendido se encuentran: La vieja sirena de José Luis Sampedro, una novela diferente que rebosa sensualidad y pasión, donde la fantasía y la realidad van de la mano. Expiación de Ian McEwan, una novela que me ha sorprendido para bien y eso que, cuando la empecé, pensé que no me iba a gustar nada.
Entre las lecturas más divertidas de este año se encuentra Vicios ancestrales de Tom Sharpe un libro muy divertido y con mucha ironía que me ha sacado más de una carcajada donde el autor no deja títere con cabeza.
También ha habido lecturas que no han cumplido mis expectativas, ya sea porque el listón lo tenían muy alto o porque no ha sido lo que yo esperaba. Le tenía muchas ganas a Rebeca de Daphne Du Maurier, un libro con muy buenas críticas pero que a mí no me ha gustado nada. Desde el principio no conecté con la protagonista y el final no había por donde cogerlo. La vida en un minuto de Antonio Lucero, una historia que prometía bastante pero que me dejó fría ya que los personajes me resultaron muy planos y la repetición de algunos argumentos terminó por saturarme.
Por otro lado, han sido muchos los que me han hecho disfrutar y transportarme a otros lugares o épocas pero me quedo con Sinuhé, el egipcio de Mika Waltari que me transportó al Egito de los faraones.
Pero las joyas literarias del año son para dos autores que me encantan: Stefan Zweig y José Luis Sampedro. Con Carta de una desconocida descubrí a Zweig y me sorprendió su conocimiento del alma humana y la forma en que lo expresa en pocas páginas. La sonrisa etrusca de Sampedro, mi libro favorito y que no me canso de leer. El protagonista, pese a ser hombre, me recuerda a mi abuela y a los momentos que viví con ella.
No son todos los que están, obviamente ha habido más títulos, pero los más destacados para bien o para mal son estos de los que os hablo.
Espero que 2024 os haya deparado más satisfacciones que decepciones en cuanto a libros se refiere y que 2025 nos siga brindando descubrimientos de autores, libros, blogs y, sobre todo, momentos felices haciendo algo que nos gusta: leer.
Feliz año nuevo a todos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)