Por delante tenemos otros trescientos sesenta y cinco días que nos depararán un sinfín de cosas, algunas buenas y otras no tanto, pero lo que importa es aprovechar cada momento y quedarse con aquello que nos hace ser felices. Una de las cosas que me dan felicidad es leer y son muchos los buenos momentos que me ha deparado la lectura, así que, echando la vista atrás, esto es lo que ha dado de sí 2024.
Empecé el año leyendo Los asesinos del emperador de Santiago Posteguillo –todo un descubrimiento- y lo he terminado con El jardín olvidado de Kate Morton (próximamente publicaré la reseña). Entre ellos se han colado títulos de géneros variados pero sigo teniendo predilección por las novelas negras, policíacas y los thrillers.
Entre los libros que más me han sorprendido se encuentran: La vieja sirena de José Luis Sampedro, una novela diferente que rebosa sensualidad y pasión, donde la fantasía y la realidad van de la mano. Expiación de Ian McEwan, una novela que me ha sorprendido para bien y eso que, cuando la empecé, pensé que no me iba a gustar nada.
Entre las lecturas más divertidas de este año se encuentra Vicios ancestrales de Tom Sharpe un libro muy divertido y con mucha ironía que me ha sacado más de una carcajada donde el autor no deja títere con cabeza.
También ha habido lecturas que no han cumplido mis expectativas, ya sea porque el listón lo tenían muy alto o porque no ha sido lo que yo esperaba. Le tenía muchas ganas a Rebeca de Daphne Du Maurier, un libro con muy buenas críticas pero que a mí no me ha gustado nada. Desde el principio no conecté con la protagonista y el final no había por donde cogerlo. La vida en un minuto de Antonio Lucero, una historia que prometía bastante pero que me dejó fría ya que los personajes me resultaron muy planos y la repetición de algunos argumentos terminó por saturarme.
Por otro lado, han sido muchos los que me han hecho disfrutar y transportarme a otros lugares o épocas pero me quedo con Sinuhé, el egipcio de Mika Waltari que me transportó al Egito de los faraones.
Pero las joyas literarias del año son para dos autores que me encantan: Stefan Zweig y José Luis Sampedro. Con Carta de una desconocida descubrí a Zweig y me sorprendió su conocimiento del alma humana y la forma en que lo expresa en pocas páginas. La sonrisa etrusca de Sampedro, mi libro favorito y que no me canso de leer. El protagonista, pese a ser hombre, me recuerda a mi abuela y a los momentos que viví con ella.
No son todos los que están, obviamente ha habido más títulos, pero los más destacados para bien o para mal son estos de los que os hablo.
Espero que 2024 os haya deparado más satisfacciones que decepciones en cuanto a libros se refiere y que 2025 nos siga brindando descubrimientos de autores, libros, blogs y, sobre todo, momentos felices haciendo algo que nos gusta: leer.
Feliz año nuevo a todos.
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